Resumen
Después de la llegada a Dresde admiraremos la iglesia protestante de Nuestra Señora (FrauenKirche) que tiene una historia conmovida. Después del gran bombardeo de la ciudad en 1945 pasó a ser uno de los edificios reconstruidos. Caminaremos por la Terraza Bruhl, una promenada al lado del río Elba que tiene un nombre poético “El balcón de Europa.” Allí se encuentran varios museos de los más importantes de la ciudad.
No podemos dejar de ver el complejo Zwinger (La Ronda), concebido como una fase previa a la construcción de un suntuoso palacio real. Actualmente, sus museos albergan más de 2000 obras de arte y colecciones de todo tipo (joyas, pinturas, esculturas, entre otras tantas cosas) incluyendo la famosa pinacoteca de Antiguos maestros. El acceso a La Ronda es conocido como La Puerta de la Corona (por las cuatro águilas polacas que sostienen la corona real en lo alto del monumento).
Recorrer Dresen permite, además, admirar La Iglesia de La Corte (la mayor iglesia de la región) o caminar por los patios del Palacio residencial. Recomendamos visitar el Grunes Gewolbe (Boveda Verde), un guardajoyas-museo que contiene la colección de joyas reales más valiosa de Europa.